Castillo de San Miguel (Garachico)

En el siglo XVI la villa de Garachico era la población con más actividad comercial de la isla de Tenerife y, por ello, su puerto el más utilizado, por lo que necesitaba protección contra posibles ataques por mar.

La capital palmera fue saqueada e incendiada, suceso que tuvo un gran impacto en la población de las islas.

No sería hasta el año 1575, durante el reinado de Felipe II, cuando se concedió la Real Cédula que contenía la Instrucción, redactada por el capitán general de Artillería don Francés de Alava, que autorizaba la construcción de una fortaleza mayor y mejor equipada.

En su interior se abrían dos espaciosos aposentos, cubiertos en su casi totalidad con bóvedas de medio cañón, arrancando del primero una escalera que conducía a la plataforma y contando el segundo con cocina y otras dependencias.

Sobre el embovedado se extendía la plataforma o plaza de armas, donde jugaba la artillería en tiempo de guerra..."[1]​ En 1706 la erupción del volcán de Garachico o Arenas Negras sepultó parte de la población y la rada cuya entrada custodiaba el castillo, y, aunque este no sufrió daños, perdió su función defensiva al desaparecer el puerto y perder su importancia la villa ligada a él.

Planta de la torre del Puerto de Garachico 1686
Planta de la torre del Puerto de Garachico 1686
Ubicación del Castillo de San Miguel.
Fachada del castillo.
Azotea.
Letrina.
Garita.