Se decidió que San Felices retornara a la Corona de Castilla, pues a ésta había pertenecido durante más de 100 años seguidos.
Además, la celebración del matrimonio entre María de Portugal y el nuevo rey castellano Alfonso XI propició el entendimiento entre ambas familias.
El castillo siguió en uso durante los siglos XVII y XVIII, ya que se instalaron las tropas durante la guerra que sublevó a Portugal contra Felipe IV y 100 años después durante la Guerra de Sucesión.
[2] A lo largo del siglo XIX entró en un estado de abandono paulatino y cierto deterioro.
Si bien en la segunda mitad del siglo XX se reforma en varias ocasiones para conservar mejor su estructura.