Retomada por las fuerzas musulmanas en el año 1000, la aldea fue posteriormente devastada por los hermanos Tedom y Rausendo Ramires en 1030, sólo para ser reconquistada por Fernando Magno en 1055 o 1056.
En este período, el castillo se encuentra entre los bienes inventariados pertenecientes al Monasterio de Guimarães en 1059.
Bajo el reinado del rey Sancho II (1223-1248), las zonas de Numão y su castillo fueron donadas temporalmente a April Peres Lumiares.
Típico castillo de montaña, se eleva sobre una cabeza rocosa, a 677 metros sobre el nivel del mar.
La torre del homenaje, en el noreste, tiene una planta cuadrada, con las paredes rasgadas por dos altos huecos y coronadas por perros de decoración geométrica.
En la ladera este, junto a la Puerta de San Pedro y donde había una capilla del mismo nombre, hay una necrópolis con unas 10 tumbas antropomórficas excavadas en la roca, conocida popularmente como el Cemitério dos Mouros.