Castillo de Elda

En el año 1172, la derrota almohade en la batalla de Huete (Cuenca), y el peligro del avance cristiano, llevaron al reino taifa de Murcia a favorecer la llegada de población y a fortificar enclaves estratégicos en el valle del Vinalopó, entre ellos la primitiva fortaleza de Elda, un alcázar emplazado en un pequeño cerro junto al río, construido y mantenido por los almohades entre los años 1172 y 1243, y que protegía la comunidad que iría conformando la Elda islámica, como demuestran los restos arqueológicos hallados en el núcleo histórico de la ciudad.

Las reformas y cambios fueron, asimismo, de carácter residencial, acondicionando la fortaleza como lugar adecuado para sus sucesivos señores.

La residencia de la familia Coloma en estas tierras durante todo el siglo XVI y parte del XVII, dio lugar a la transformación definitiva de la fortaleza militar medieval en Palacio Condal.

Debido a los cambios políticos que se sucedían en España, fue adquirido por el Estado español en 1841, y luego subastado por 121 000 reales en 1848.

Su nuevo dueño, Pedro León Navarro y Vidal (1866-1886), maestro de obras, lo derribó, siendo entonces cuando se expoliaron sus mármoles, sillería, maderas, artesonados, muebles, metales etc. Finalmente, en 1879 fue construido el puente sobre el Vinalopó, cuyas columnas y arcadas fueron levantadas con la sillería de las torres circulares.

Vista aérea del castillo de Elda.
Maqueta de cómo era el castillo de Elda, que se puede visitar en el museo etnológico de la ciudad.
Estado actual del castillo.