Es en este contexto donde se enmarca el recinto fortificado de Abizanda, realizado una vez conquistada la plaza a los musulmanes, los cuales según Cristobal Guitart habían construido un edificio defensivo anterior para proteger la zona entre Naval y Barbastro, aunque otros autores como Francisco Esteban y Bernabé Cabañero proponen fechas anteriores y un origen previo a la llegada musulmana.
[2] Ya en la Edad Moderna, cuando el castillo había perdido la importancia estratégica con la que fue construido, se remodeló el recinto sustituyendo en el siglo XVI la iglesia originaria por la actual.
La torre, a excepción de sus muros, fue perdiendo complementos, como la galería y la propia techumbre, así como los pisos interiores.
Recientemente, la torre ha sido restaurada entre 1987 y 1990 por la Diputación General de Aragón.
El recinto está compuesto por restos de diversas torres, bastiones e iglesia, todo ello cerrado por lienzo como muralla.