Durante su vida mantuvo una gran lealtad al emperador Tito Flavio Domiciano, el último perteneciente a la Dinastía Flavia, y tras su asesinato y la negativa del sucesor de Domiciano, Marco Coceyo Nerva a castigar a los responsables, lideró un sitio al palacio imperial con el objetivo de capturar al emperador y obligarle a dictar un edicto en el que ordenara la ejecución de los asesinos.
Tras la desaprobación del pueblo que había provocado esta muestra de debilidad, Nerva se dio cuenta de que su posición era insostenible sin el apoyo de un heredero con ascendente sobre el ejército y tres meses después adoptó oficialmente a Marco Ulpio Trajano como heredero.
Trajano, que estaba en Colonia, aceptó su nueva posición como líder del Imperio y permaneció algún tiempo estacionado con sus tropas al norte de los Alpes.
Dión Casio escribe que: Los historiadores modernos no se han puesto de acuerdo en cómo interpretar "eliminar".
Puede ser que Eliano y los pretorianos fueran ejecutados, pero también podrían haberles jubilado anticipadamente.