Caso de los pasaportes falsos en Paysandú de 1979

La incongruencia era tal que Fuentes, Ormeño y Puyol ya habían sido seleccionados por Chile en el Sudamericano anterior.Además, para poder obtener la salida del país, los jugadores debieron contar con un permiso notarial por parte de sus padres, lo que llevó a que jugadores, en algunos casos, falsificaran las firmas de estos en el poder notarial.Siguiendo con la denuncia presentada por Chile tras la derrota ante Paraguay, la Conmebol revisó los datos de la delegación chilena, en donde encontró que las fichas de Edgardo Fuentes y Mariano Puyol no coincidían con las que fueron presentadas el Sudamericano anterior, dos años antes.Antes esto, García los sacó de la nómina por lesión, llamando en su lugar a Fernando Astengo y Óscar Meneses.Después, se identificó a uno de los jugadores que visitó el lugar, el colocolino Marcelo Pacheco.En cancha, Chile logró triunfar 2:0 ante Colombia y 5:1 ante Bolivia, quedando con el tercer lugar en su grupo, lo que le daba la chance de pelear un puesto para los Juegos Panamericanos de 1979 ante Perú, partido que terminó con victoria para La Roja por 3:1.Terminada la participación del conjunto chileno en el Sudamericano, en el retorno del equipo vía aérea (vuelo con escalas en las ciudades argentinas de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza) Enrique Jorquera propuso quemar los pasaportes falsificados, pero luego se optó por ingresar al país mostrando las cédulas de identidad, que también estaban adulteradas.Sólo no fueron detenidos Óscar Meneses, Fernando Astengo y José Luis Álvarez, quienes contaban con su documentación en regla.José Luis Álvarez indicó que «Llegamos al aeropuerto de regreso a Chile y (Carabineros) nos agarraron apenas bajamos [...] El famoso general Gordon dejó la cagada».Eduardo Gordon y Alberto Mela, quien estaba a cargo de la delegación, se desligaban completamente, culpándose mutuamente del ardid.Los jugadores fueron declarados reos, quedando incomunicados en celdas individuales por 5 días,[6]​ en la Penitenciaría de Santiago, donde mataban el tiempo jugando fútbol contra los funcionarios del penal.Juan Carlos Letelier comentó sobre la situación: «Estuve once días en la Penitenciaría, incomunicado y en una celda de un metro.En libertad, algunos declararon haber recibido «el pago de Chile», inclusive Marcelo Pacheco defendió su actuar en una entrevista con Revista Estadio.