Se utilizan generalmente como un refugio, para protegerse del sol o del viento, mientras dure la estadía en el día de playa, para cambiarse de ropa a la entrada o a la salida de la visita realizada a la playa y para tomar alimentos.
Algunas cabañas de playa incorporan instalaciones sencillas para preparar alimentos y bebidas calientes, estas tienen instalaciones de gas y red eléctrica.
En muchos balnearios las casillas de playa están dispuestas en una o más filas en la parte superior de la playa.
En las playas populares, las cabañas de playa pueden alcanzar precios considerables en temporada, debido a su ubicación, fuera de toda proporción a su tamaño y comodidades.
[1] En algunas playas de Argentina (Mar del Plata), el uso de refugios se da en carpas, que reúnen las mismas condiciones que el de una casilla o cabaña.