Casilda de Silva y Fernández de Henestrosa

Luego de completar su educación en un convento, al estallar la Guerra Civil en Madrid y desatarse la persecución encarnizada contra la nobleza, se vio obligada a refugiarse junto a su familia en la legación argentina.

Establecidos, luego, en Sevilla, fue enfermera voluntaria hasta el fin de la guerra.

El círculo de la pareja no solo lo conformaron políticos tory como Rab Butler o Sir Alec Douglas Home, sino también laboristas y exiliados republicanos como Salvador de Madariaga o Juan Negrín.

En 1976, el rey Juan Carlos I la nombró presidenta de la Cruz Roja española y desde esta posición se destacó por su intensa actividad y por su labor en ayuda internacional.

Al año siguiente, falleció también su esposo, por lo que pasó a ser marquesa viuda de Pozo Rubio.