Las casidas tiene por lo tanto un tema único, desarrollado lógicamente y cerrado al final de la composición.
Por ejemplo, Naser Josrow empleó el género para expresar contenidos teológicos o éticos.
En el estilo persa, el comienzo suele describir un suceso natural, como el paso de las estaciones, un paisaje o una amante imaginaria.
Tras esta introducción, viene el tajalloṣ, en el que el poeta habitualmente se dirige a sí mismo empleando su seudónimo.
El género del gazal tiene su origen en la primera parte de la casida, en que los poetas alaban a sus amantes.