Su construcción data de la segunda mitad del siglo XVII destinada a residencia oficial del coronelato, poder que ejerció el dominio militar en la isla, se le atribuye a Ginés de Cabrera Bethencourt.
Se trata de una edificación majestuosa que destaca en el paisaje debido a sus grandes proporciones y es representativa del poder militar y civil que gobernó la isla en régimen de señorío durante siglos.
La casa está relacionada con el poder que tenían los coroneles en la isla de Fuerteventura, los cuales ostentaban el poder civil y militar de la isla, y llegaron incluso a nombrar o destituir cargos del cabildo insular, actuando por tanto como verdaderos terratenientes.
La construcción de la casa y el traslado del coronel a este pueblo fue interpretada como un traslado al norte, del eje político-militar de la isla.
Cuenta con dos plantas, la primera, de carácter residencial, albergaba las dependencias privadas del coronel y su familia; mientras que la planta baja o de acceso tenía un carácter más funcional y en ella se repartían los servicios, granero, cuadras, despachos y otras dependencias destinadas a uso militar.
El complejo cívico-militar comprende varios espacios, todos interconectados entre sí.