[4] En el siglo XIX sufre numerosos cambios que no desvirtúan su estilo barroco y tradicional asturiano.
Existe otro escudo, colocado en el interior, con los entronques de los Riaño.
En su interior se distribuyen 15 habitaciones, 3 cocinas y 5 baños.
También se encuentra en el jardín las viviendas de los caseros, un llagar para la fabricación de sidra (que conserva la maquinaria) y el antiguo pajar.
Al otro lado del muro se encuentra la iglesia parroquial de San Martín, que fue utilizada ampliada por la familia y empleada como iglesia palatina.