Casa de André Jarlan y Pierre Dubois

Esa noche llegaron con la esperanza de forjar sus hogares en una comunidad administrada por ellos mismos.

Se fundó en la población lugar para una iglesia católica, que luego sería la parroquia Nuestra Señora de la Victoria.

[1]​ Junto con la existencia de la población, en el año 1957, llegó el primer párroco francés, Pierre Roland, a quien el Hogar de Cristo regaló una media agua que se levantó en la calle Ranquil para uso residencial y ceremonial.

Las dos balas locas impactaron el segundo piso de la casa parroquial.

[2]​ El cura André Jarlan se había sentado en su escritorio, y leía el Salmo 129: Escucha mi clamor El Señor dejará libre a Israel El dormitorio era una liviana construcción de madera y los proyectiles penetraron sin dificultad.

Esa noche no hubo protestas, la rabia, la pena se concretizó en que en las calles de la población se llenaron de velas para despedir al cura poblador.

La misa y ceremonia fúnebre fue presidida por su amigo Pierre Dubois; el funeral fue multitudinario.

Carabineros avanzaron por calle Ranquil y el periodista conversó con un oficial.

Una de esas balas impactó en el cuello al sacerdote André JARLAN y le causó la muerte.