Se alinea en fachada con el Museo Julio Romero de Torres, ocupando el ángulo Este del patio visto desde la entrada.
A este núcleo pertenece la crujía formada por un zaguán, las dependencias anexas al patio interior de la vivienda y el jardín.
El jardín principal quedaba cerrado, en la parte norte, por otro núcleo arquitectónico conformado por dos crujías de dos plantas.
Junto a esto se colocaron, con carácter decorativo, distintas piezas arqueológicas en las paredes y suelo del patio.
Podemos establecer dos ampliaciones producidas en dos momentos diferenciados: El arquitecto Francisco Javier de Luque López modifica la parte dedicada a la vivienda del conserje y el callejón que comunicaba los dos patios.
La parte baja quedó como Sala de Reuniones del Patronato, conectada a la casa por una puerta.
Como anécdota, en este jardín se reunieron personajes ilustres e intelectuales de la época, relacionados con la cultura (nacional y provincial).
Estas construcciones son las que cierran el recinto de la vivienda por el noroeste, pegando con la calle Armas y Gragea.