Se trata de una casa señorial con fachada realizada en sillería de piedra ostionera, grandes ventanales y balconada, típica de la meseta castellana o Extremadura, e influenciada por las construcciones que los llamados indianos, o habaneros, construían en Cádiz, con el dinero hecho en las Indias occidentales.
Consta de múltiples habitaciones abiertas a un patio central, e incluso caballerizas.
El inmueble estuvo habitado entre 1745 y 1977, fecha esta última en que quedó abandonado.
Se abrió con estas nuevas funciones en enero de 1999.
Puede contemplarse desde pintura flamenca del siglo XVI hasta obras actuales.