Destaca por su larga fachada lateral, hermoso mirador y por la calidad de su frente principal.Este lugar, coincidió durante muchos años con la portada sur de entrada a La Serena, hoy destruida.[1] La vida urbana en la zona, y en Chile en general, no logró gran desarrollo en la época colonial, concentrándose gran parte de la población en torno a sectores rurales desenvolviéndose en trabajos agrícolas#haciendas) o mineros, esto produjo un impacto negativo en La Serena convirtiéndola durante el siglo XVIII en una ciudad de exiguas entradas económicas y de escasa población.Fue en este período que llegaron muchos contratistas y carpinteros de orígenes norteamericanos e ingleses.Tiempo más tarde fue vendida a Gregorio Carmona, otro rico hacendado quienes la conservaron hasta 1968.