Carmen Conde

En 1931, Conde fundó, junto a su marido Antonio Oliver Belmás, la primera Universidad Popular de Cartagena.A partir de ese año, las cartas se fueron distanciando aunque la mantuvieron hasta los años ochenta.Sin embargo, por avatares diversos, se conservan sobre todo las cartas de Ernestina a Carmen.Uno de los poetas invitados fue Miguel Hernández, que pasó a ser amigo íntimo del matrimonio.[2]​ En 1933, se trasladó a Madrid y nació muerta su única hija, tema que aparece intermitentemente en su poesía.El investigador ha afirmado que tanto la vida como la obra de la poeta «se van a ver definidas por esa batalla interior que Carmen hubo de librar hasta el final de sus días, una lucha íntima, secreta acaso, entre las sombras del pasado y el presente junto a Amanda Junquera».La organización Mujeres Libres le publicó Enseñanza nueva en 1936, La composición literaria infantil, Poemas de guerra y Oíd la vida, en 1937.[5]​ También escribió varias obras en prosa poética no publicadas hasta años después.En 1940, se instaló en El Escorial con Amanda Junquera, donde escribió gran parte de su obra.[2]​ Fue juzgada por haberse decantado por la República, con fallo de sobreseimiento provisional en 1944 aunque con una nueva denuncia en 1949.Es un poemario cuyo tema central es el erotismo y sus imágenes están en relación con la naturaleza.Aquí tenéis la lumbre, la que lo coge todo Conde recorrió España invitada a hacer lecturas poéticas e impartir lecciones mientras sigue colaborando con múltiples revistas literarias.[7]​ También viajó En 1967, publicó varias antologías: Once grandes poetisas americohispanas; Poesía y femenina española (1939.1y un estudio Un pueblo que lucha y caóta (iniciación a la Literatura española de los siglos XII al XV).Organizado por Carmen Llorca, directora del Ateneo madrileño, hizo un viaje a China que plasmó en uno de sus últimos libros.Los temas constantes en sus obras son el amor, el erotismo, la sensualidad, el cuerpo femenino, la experiencia De Dios, etc.[6]​ Brocal (1929), su primer libro de poemas en prosa, nos muestra a una autora con un mundo interior lírico lleno del ambiente mediterráneo de luz y sol.Ya comienza a verse su condición narrativa y memorial que impregnará su obra.En él incluirá tres poemas en los que, tras una visita a Nueva York, reflexiona sobre la deshumanización del mundo y la sociedad.Acude al alma, tanto la propia como la del ser amado para evitar caer en conflicto con las normas sociales.[14]​ Con respecto a su teatro infantil y juvenil, cabe destacar su condición de maestra y su lucha por no bajar el listón cultural al dirigirse a este tipo de lector.La temática en este género va desde el romancero e historia española hasta la mística acercada a esas edades con especial sensibilidad y nivel intelectual.En sus inicios se nota la influencia de las vanguardias europeas con títulos como "kikiriki" al igual que ocurrió con varios compañeros de la generación del 27 que se adentraron en el teatro infantil y juvenil.Desde 1984, la editorial Torremozas convoca el Premio Carmen Conde de poesía dedicado a autoras.[17]​[18]​ En 2020 la cantante, compositora y pianista Sheila Blanco lanzó su álbum de poesía musicalizada Cantando a las poetas del 27 en el que hizo un homenaje a la poeta incluyendo el poema, En la tierra de nadie.
Placa conmemorativa en su domicilio en la calle Ferraz.