Carmen Barrero Aguado

[3]​ Tras la guerra, como responsable femenina, había sido encargada por los dirigentes del Comité Nacional clandestino de elaborar un plan de trabajo político destinado a las mujeres.

[2]​ El programa elaborado por Barrero la muestra como una mujer interesada no solamente en crear espacios femeninos especializados en tareas de solidaridad y asistencia, sino también en la formación política de las militantes en las propias unidades organizativas del partido.

El asesinato de Barrero, junto al de las otras Rosas y los Cuarenta y tres Claveles, es considerado como una represalia por el atentado que realizaron otros tres militantes de las JSU contra el Comandante de la Guardia Civil y miembro del Servicio de Información y Policía Militar franquista, Isaac Gabaldón, su hija y el conductor José Luis Díez Madrigal.

Sin embargo, Barrero nunca fue acusada de ello, al no haber tenido ninguna relación con dicho hecho, ya que estaban encarceladas en el momento de suceder.

[4]​ Barrero fue condenada a muerte por pertenecer al PCE y, porque, tras entrevistarse con un camarada, trabajó "en la colectividad con el Partido Comunista confeccionando un plan de trabajo para la sección femenina".