La familia Navarro Careaga se mudó a la provincia de Cádiz y Carmelo continuó jugando en el colegio.
Una vez jurada la bandera, Carmelo se reincorpora completamente a la disciplina del equipo en el tramo final de liga, aunque no consigue que el Salamanca vuelva a atar una nueva permanencia en Primera.
Tras su lesión, solicitó ser cedido nuevamente al Recreativo donde comenzó la nueva temporada, sin embargo en noviembre de 1985, jugando en Elche, el defensa se lesionó la rodilla izquierda y pasó otra temporada en blanco.
Pero el jugador no quiso retirarse y volvió a Huelva donde decidieron darle otra oportunidad.
El primer año de Carmelo en el equipo amarillo no sólo se consigue la permanencia, sino que hasta la fecha se firmó la mejor clasificación de la historia del equipo en Primera División.
Durante el resto de temporadas, las lesiones y sanciones respetaron a Carmelo quien enseguida se hizo con la capitanía del equipo.
Famoso por su bigote, tuvo cuatro hijos y actualmente se encuentra trabajando en una empresa relacionada con el mundo del vino.