Carlos Muñiz (dramaturgo)

Fue uno de los hombres más destacados de la llamada «generación realista», siguiendo las huellas de Alfonso Sastre y Antonio Buero Vallejo con quienes mantuvo siempre buena amistad y siendo este último el autor que más lo animó a continuar escribiendo.Sus comienzos, más realistas dentro del contexto dramatúrgico, contrastan con una etapa posterior más expresionista y marcadamente crítica.Fuertemente influenciado por sus vivencias familiares y profesionales como funcionario y abogado, conoció de joven al gran Enrique Jardiel Poncela a través de la amistad infantil entre su hermana Carmen y la hija de este, Evangelina Jardiel, interesándose desde ese momento por el mundo del teatro.Con posterioridad puso en cartel El grillo, por la que se hizo merecedor del Premio Nacional de Cámara y Ensayo, Las viejas difíciles (1966), El precio de los sueños (1958), Ruinas, Un solo de saxofón, El día de reflexión y quizá la más famosa, El tintero (1961), en la que plasmó, con su característico estilo ácido de tintes algo esperpénticos y marcadamente tragicómicos, la impotencia que siempre sintió como funcionario público ante la implacable máquina de la administración.Su última obra teatral, quizás la más ambiciosa y distinta, Tragicomedia del Serenísimo Príncipe Don Carlos, se estrenó en Madrid en 1978.