[1] Su padre, Carlos María Gurméndez, al ser nombrado cónsul general del Uruguay en Madrid, se afincó en España junto a su joven hijo Carlos y los demás miembros de su familia.
[2] Durante la Guerra Civil Española, se exilia en Latinoamérica, pasando posteriormente a Dinamarca.
Dejó su huella en el pensamiento español especialmente por su trabajo en pensar al cuerpo humano como receptáculo de las sensaciones y el movimiento, en una búsqueda intelectual muy original.
Partiendo de la rigurosa metodología marxista analiza las pasiones y los sentimientos.
[3][4] Con motivo de la celebración en 1999 del II Curso de Pensamiento Español Contemporáneo Carlos Gurméndez, el Ayuntamiento de Puentedeume encargó al catedrático y compositor Miguel Brotóns, la composición homenaje dedicada al filósofo Carlos Gurméndez con título “Pontedeume, un cantar que chove”.