En lo político se caracterizó por su antiimperialismo y su recelo ante la hegemonía de los Estados Unidos en América Latina.
Aun no siendo de familia adinerada, Gagini tuvo acceso a lo que Viales llama “Filtro Liberal”, la educación, y así escaló posiciones dentro del aparato burocrático que a posteriori lo llevó a ocupar altos mandos del gobierno.
Más directamente con respecto de su obra, Alfonso Chase afirma que “(…) su mérito reside en la claridad con que enfrentó a la época en la que le tocó existir y su fuerte temperamento científico, enemigo de la experimentación decadente, o de lo extranjero como sustituto a las virtudes esenciales del costarricense”.
Sin embargo como élite que mencionamos que fue durante, ya avanzada la construcción del estado liberal, los literatos del olimpo se empecinaban en forjar con sus escritos una conciencia nacional y un carácter ideal de la idiosincrasia del ciudadano costarricense, a pesar de esto Chase señala una contradicción entre la expresión literaria de este grupos de escritores y en especial de Gagini que aun siendo “antimperialista por vocación y por sentido histórico, plantea en sus obras problemas colectivos que se vuelven, por el tratamiento idealista que les da, una contradicción entre sus creencias sociales y sus proyecciones literarias.
Su obra, en especial la novelística, nos refiere a una época que fue leída por Gagini cuál profesional sociólogo, una época de cambios que le tocó vivir, el auge del estado liberal, su decaimiento, una dictadura y el nacimiento de una nueva época, la del reformismo que según Marina Volio trajo “(…) una novedad a la política costarricense, encallada en las viejas cumbres del Olimpo, (…) por lo menos un reto a las argollas imperantes.” (Volio, 1973, p.85).