La junta, que se inició con medidas populistas, empezó a perder rápidamente popularidad y tras graves desacuerdos, Dávila dimite de ella.
[3] Este ministerio no funcionó con el gobierno ya que los comunistas reorganizaron sus sindicatos y Dávila urgido por una posible revuelta intentó censurarlos y anularlos, pero debido a la impopularidad del gobierno y a pesar de que no había congreso ni poder judicial no se pudo ilegalizar el comunismo que se volvió férreo.
El extremo autoritarismo hizo más compleja la ya grave situación y obligó a Dávila a cambiar varias veces de gabinete en sólo cien días, su mayor arma en el gobierno, el autoritario ministro del interior, Juan Antonio Ríos, dejó el cargo y se inició una grave etapa de declive.
Además se empezaron a dar graves situaciones como la desaparición de homosexuales y el posterior hundimiento de un barco, el gobierno empieza a tambalear y Dávila se torna totalmente inoperante.
[5] Su breve secretariado se destaca por la mediación en el conflicto entre Nicaragua y Costa Rica en enero de 1955.