Carlos Cáceres Sobrea

En sus trabajos, el espacio, en azul, blanco o negro, es iluminado por un haz que corta el plano por completo, recto, sin perturbaciones.

Austero, lo que no significa falto de recursos, Cáceres Sobrea fue un artista silencioso, cuya espiritualidad se transparentaba en su obra.

Sin pretensiones, liberaba al espectador, invitándolo a recorrer un camino de invención2 .

Con una beca, en 1953 viajó a París, Francia, donde frecuentó el taller de Fernand Leger.

En París conoce a los artistas cinéticos venezolanos Jesús Soto y Narciso Debourg.