En su juventud, ejerció como diplomático de Sajonia; durante un periodo fue embajador sajón en París.
En 1737 asumió el título de príncipe, a cuya familia le había sido reconocido en 1688.
En 1688, sin embargo, la familia no había obtenido un asiento en el banco de los príncipes de la Dieta Imperial, y como protesta, no habían hecho uso del título.
En 1737, el asiento en la dieta le fue finalmente concedido y Carlos Augusto empezó a utilizar el título principesco.
Carlos Augusto murió en 1753 y fue enterrado en la capilla de Weilburg.