[1][2] A Mollino se le atribuye la frase: "Todo es permisible con tal de que sea fantástico",[3] frase que pareció marcar su estilo en el trabajo.
[4] El estilo arquitectónico de Mollino huye del racionalismo y está influido por las arquitecturas de Alvar Aalto y Erich Mendelsohn.
[4] Inició su carrera como arquitecto en 1930, diseñando una casa en Forte dei Marmi (Italia), por la que recibió el premio G.Pistono.
Mollino fue un entusiasta del esquí, y escribió el libro "Trattato sul Discesismo", donde explica su particular técnica de esquí con abundantes ilustraciones.
También diseñará en esa época los dos edificios que le harían famoso: la cámara de comercio y el Teatro Regio; ambos en Turín.