Carlo Mollino

[1]​[2]​ A Mollino se le atribuye la frase: "Todo es permisible con tal de que sea fantástico",[3]​ frase que pareció marcar su estilo en el trabajo.

[4]​ El estilo arquitectónico de Mollino huye del racionalismo y está influido por las arquitecturas de Alvar Aalto y Erich Mendelsohn.

[4]​ Inició su carrera como arquitecto en 1930, diseñando una casa en Forte dei Marmi (Italia), por la que recibió el premio G.Pistono.

Mollino fue un entusiasta del esquí, y escribió el libro "Trattato sul Discesismo", donde explica su particular técnica de esquí con abundantes ilustraciones.

También diseñará en esa época los dos edificios que le harían famoso: la cámara de comercio y el Teatro Regio; ambos en Turín.

Scrivania cavour (1949).