Las ruinas alcanzan una extensión de medio kilómetro, donde hay cuatro talayots circulares, tres talayots cuadrados y un túmulo, todos alineados aproximadamente; y hay otro talayot circular fuera de la alineación (no todos los monumentos están en el área visitable).
Sus portales de entrada fueron “elevados” para preservar la vista despejada hacia el sureste, al construir las habitaciones que tienen delante.
Además, su columna central fue modificada, convirtiéndola en un grueso muro que da a su cámara la forma de una “U”.
Como es habitual, las casas pudieron ser construidas aprovechando la abundancia de piedras que les brindaban las ruinas del poblado.
Así, lo único que queda del poblado original es el talayot, cuyo portal estaría orientado hacia su interior.
Posteriormente, la construcción de las habitaciones rectangulares y las modificaciones extensivas a los talayots del centro ceremonial, apuntan a que este pudo haberse convertido en barrio exterior del poblado original, posiblemente en época Baleárica, entre el siglo V a. C. y la conquista romana.