Las obras de construcción de la capilla palatina empezaron en 1643[1] bajo la dirección de Francesco Antonio Picchiatti: en 1644 el mismo Picchiatti preparó el anuncio del concurso para las decoraciones[2] y en 1646, año en el que fue consagrada a la Asunción, empezaron las primeras celebraciones por voluntad del virrey Rodrigo Ponce de León;[3] además, en este mismo periodo se pagaron las decoraciones interiores ejecutadas por artistas como Jusepe de Ribera, que pintó el retablo del altar mayor, la Santísima Concepción, Giovanni Lanfranco, Charles Mellin y Giulio y Andrea Lazzari.
[3] Fueron varios los daños que sufrió durante la Segunda Guerra Mundial y, después de ser desconsagrada en 1943,[1] fue restaurada y destinada a la exposición de objetos sagrados.
[3] El acceso a la capilla se realiza a través de una puerta de madera del siglo XVI, obra de Benvenuto Tortelli, proveniente de la capilla del Palacio Virreinal,[4] del cual es el objeto más antiguo que se conserva:[1] colocada en su posición actual durante las restauraciones dirigidas por Genovese en el siglo XIX, en una cornisa neoclásica, es de madera tallada en falso bronce, dividida en varios compartimentos, con decoraciones que hacen referencia a la estrella y a la concha, símbolos de la Concepción y de Santiago el Mayor, venerado en la capilla del Palacio Virreinal.
En el interior de la capilla se realizó una exposición permanente de objetos sagrados expuestos previamente en la sacristía, dispuestos en orden cronológico: esculturas y objetos del siglo XVIII, colocados hacia la entrada, y objetos del siglo XIX y reliquias, dispuestas hacia el altar.
[7] En el interior de la capilla está el pesebre del Banco di Napoli, compuesto por casi cuatrocientas piezas que datan de un período comprendido entre los siglos XVIII y XIX, algunas de ellas modeladas por escultores napolitanos como Giuseppe Sanmartino y Angelo Viva.