Capilla de los Reyes Viejos

El Rey Sancho IV había fundado, antes de su muerte, una capilla en la Catedral de Toledo, para ser enterrado en ella.

Se llamó la Capilla de Santa Cruz, y una vez terminada, en 1289, el Rey ordenó el traslado de los restos de los reyes Alfonso VII "el Emperador", Sancho III "el Deseado" y Sancho II de Portugal, que se encontraban sepultados en la capilla del Espíritu Santo de la catedral.

Los retablos son obra de Francisco Comontes.

Se le suponía enterrado en esta Capilla.

Se abrieron las cuatro tumbas y se revisaron los restos de los tres reyes y el niño infante allí enterrados, comprobándose sus identidades, y determinados objetos personales, como la Corona de Sancho IV, que se sacó del ataúd, pero no se encontraron los restos del Rey Portugués.

Plano de la cabecera de la Catedral de Toledo. La Capilla de los Reyes Viejos está marcada con el número 3. El número 1 es el Altar Mayor. El número 2 es la Capilla de los Reyes Nuevos .