Según Nieto Cumplido, fue fundada por Juan Pérez Echan en 1252 como capilla de San Salvador, siendo una de las más antiguas del edificio.
La persistencia en la dignidad catedralicia de maestrescuelas relacionada con esta capilla se debe a que el recinto y la advocación a San Ambrosio estaban ligados al patronazgo de la maestrescolía.
Llevan decoración gótica, por lo que pudieran tratarse de las repuestas por Alfonso X el Sabio en el siglo XIII.
Está articulado a partir de columnas salomónicas, y se adorna con pinturas de la Ascensión y la Epifanía, de escasa calidad, ejecutadas por Pedro Ruiz Morián, y habiendo sido concertada su realización en 1723.
La calle central del retablo, cuya anchura es el doble de las calles laterales, está ocupada por una imagen de San Ambrosio del siglo XVII.