Paralelamente los inmigrantes italianos lo pusieron de moda en América, donde obtuvo su máximo esplendor en la primera mitad del siglo XX.
Se trata de un sombrero muy elaborado, hecho con paja sennit trenzada como el rostik japonés.
La máquina con la que se cosía el canotier estaba creada específicamente para este tipo de sombrero.
Se solía usar en verano por navegantes y deportistas, usándolo tanto mujeres como hombres, marcando un alto nivel social.
En películas como “Inherit the Wind”(1960), de Stanley Kramer o “The Music Man”(1962), de Robert Preston, el canotier se convirtió en un complemento indispensable.