Crean una cortina de luz entre la escena y la platea, cuya fuente es invisible para el público y a un tiempo su resplandor diluye en la penumbra la visión que el actor tiene de los espectadores.
[3] En los teatros de la antigüedad, tanto griegos como romanos, ya se utilizaban recursos similares en las representaciones nocturnas, quizá con un doble uso, mágico y alumbrador.
[4] Las antorchas se convirtieron en velas, y estas en lámparas de aceite; más tarde llegaron los mecheros de gas y las bombillas eléctricas.
Frases hechas como "entre candilejas" o "ante las candilejas" son metáfora y sinónimo de la profesión de actor, dramaturgo y representación.
Así, por ejemplo, además de la de Charlot (y su canción Eternally, que en castellano se tituló "Candilejas"), pueden mencionarse las siguientes producciones: