A su vez, la etapa reclasificatoria finalizó el 23 de diciembre.
Con él se inauguró la reforma establecida por la AFA, que determinó la disputa anual de dos torneos consecutivos, el regular, llamado Metropolitano, con equipos directamente afiliados, y el denominado Nacional, que daba cabida a equipos indirectamente afiliados del interior del país, clasificados al efecto mediante la realización del Torneo Regional.
Se disputó en dos grupos clasificatorios conformados cada uno por la mitad de los equipos participantes, enfrentándose todos contra todos, más un partido interzonal por fecha, en dos ruedas de partido y revancha, y un cuadrangular final por eliminación directa, en el que se disputaron las semifinales entre los dos primeros de cada grupo y la final entre los respectivos ganadores, a un solo partido en cancha neutral.
Con esta conquista cortó la hegemonía de los cinco grandes del fútbol argentino, únicos equipos que lograron salir campeones durante los 36 años transcurridos desde el inicio del profesionalismo.
Los equipos participantes se dividieron en dos grupos, que jugaron y sumaron puntos independientemente entre sí, salvo un partido por fecha llamado interzonal, el que, en principio, correspondía a los respectivos clásicos.