Un conjunto de cincuenta y seis campanarios, de tipo "beffroi", en Bélgica y Francia fue declarado por la Unesco como un lugar Patrimonio de la Humanidad, en reconocimiento a la manifestación arquitectónica de la emergente independencia cívica del Flandes histórico y las regiones vecinas de influencias feudales y religiosas, llevando a un grado de democracia local de gran significado en la historia de la Humanidad.
La Unesco inscribió 32 torres en su lista de «Campanarios de Flandes y Valonia» en 1999.
[1] Una destacada omisión es el campanario del Ayuntamiento de Bruselas, pues ya era parte de la Grand Place, lugar también Patrimonio de la Humanidad.
[2] Aparte de campanarios cívicos, o edificios como los ayuntamientos que bastante obviamente han prestado un servicio similar, la lista incluye edificios religiosos que también sirvieron como atalayas o campanarios de alarma: la Catedral de Nuestra Señora en Amberes, la Torre de San Rumoldo en Malinas y la Iglesia de San Leonardo en Zoutleeuw (las tres en Flandes, Bélgica).
Pocas de las torres son exentas.