La población ha registrado una pérdida constante de población, habiendo desaparecido la industria asociada al aceite cuya impronta todavía puede adivinarse en las ruinas de una antigua almazara situada junto al arroyo.De aquel pasado se encuentran también los fértiles huertos, irrigados mediante acequias.El tercer barrio se conocía como "El Teso", sin más vida que la de los recuerdos.La belleza del entorno aconseja tomarse un tiempo para pasear por sus huertas y olivares.En primavera, la naturaleza rompe en flor y las laderas de las suaves colinas que circundan el pueblo se tiñen con una multicolor alfombra.
En primer término la antigua casa del cura.
Torre de la Iglesia de Santa Catalina, también conocida como de Las Lástimas.
Puerta lateral de la Iglesia de Santa Catalina, vista desde la plaza.
En primavera, la naturaleza estalla en mil colores; en la imagen una ladera en la senda del Barrio de Abajo a la Era.