Caracas 1989, Daniella Martínez y José Ignacio Quintana tienen vidas radicalmente diferentes.
Tiene un matrimonio estable que transcurre sin mayores sobresaltos muy a pesar de sus ocultas infidelidades.
Sin embargo, José Ignacio sufre la desdicha de no poder tener hijos.
Daniella es una joven bastante impetuosa, muy arriesgada, decidida y alegre, cuyo sueño en la vida es ser una gran actriz.
De inmediato, ambos se sienten profundamente atraídos el uno por el otro, sin sospechar que ese encuentro dará lugar a una relación apasionada y sin límite que quedará marcada por el resentimiento.