Calle del 7 de julio

[3]​ Cuenta este madrileño castizo y culto que el nombre más antiguo se lo pudieron dar las "amarguísimas hierbas" que rodeaban la que fuera laguna de Luján, que en tiempos ocupó el lugar antes de hacerse calle.

Pues ocurrió ese día que numerosas mujeres e hijos de los combatientes salieron a llorar su despedida, comitiva que el arzobispo de Toledo –que había organizado la leva– no permitió que saliera más allá de la mencionada laguna de Luján, y que conmovido por tanto llanto y desespero exclamó «¡Este es el sitio de la amargura!».

[a]​ Otro posible origen de la denominación, más popular, le pudo venir a esta calle por ser sitio de paso obligado para los condenados por el Santo Tribunal a ser quemados en los autos o ajusticiados en las ejecuciones capitales que solían celebrarse en la plaza Mayor.

[3]​ El devenir de la Historia quiso que las diversas amarguras cambiasen de nombre tras el glorioso episodio que los madrileños fieles a la Constitución de 1812 protagonizaron, representados por la Milicia Nacional, frente a dos batallones de la Guardia real, que pretendían imponer el regreso al poder absoluto del Rey Felón.

[5]​ Con diferente parcialidad lo narran Répide, Peñasco y Cambronero,[b]​ o el propio Mesonero Romanos que resume así el lance:[1]​