Calle de Lope de Vega

Antes se llamó calle Cantarranas,[1]​[nota 1]​ hasta que en 1844 tomó el nombre del Fénix de los Ingenios, cuya Casa-Museo -paradójicamente- no se encuentra en esta calle sino en la vecina y paralela dedicada a otro genio contemporáneo suyo, Miguel de Cervantes.

[2]​ El origen de su antiguo y curioso nombre fueron al parecer los grandes charcos que formaban las huertas del antiguo monasterio de san Jerónimo el Real en la zona más baja de la calle.

Para disuadir a futuros especuladores y brutos, Molins y Mesonero colocaron en la fachada del edificio, cerca de la esquina con la calle de San José, unas lápidas y relieves esculpidos por Ponzano.

[7]​ Mesonero da noticia de otros curiosos vecinos, como la beata Clara, al parecer impostora y sacrílega curandera y que acabó en las fauces de la Inquisición Española.

Répide añade el dato de que en la misma casa que ocupó la falsa beata hubo instalada luego una logia masónica.

Esquina del convento de Trinitarias Descalzas, en la calle Lope de Vega, desde la calleja de San Agustín.
Calle de Lope de Vega, en Madrid. Callejero de azulejos del ceramista Ruiz de Luna . [ 8 ]