Calle de Avall

[1]​ Hasta finales del siglo XIX, la villa de Anglés no empezó a cambiar radicalmente su estructura urbanística.

Los cambios tienen que ver sobre todo, aunque no afecten especialmente al casco antiguo, con la instalación de la industria textil.

Aprovechando la seguridad que ofrecía el recinto fortificado, construyeron su residencia numerosos artesanos y comerciantes, que se establecieron en torno a sus e instituciones como la notaría y la alcaldía, o de tiendas como la gabela, la carnicería y la panadería, que dependían del señor del castillo.

[1]​ Fue durante el siglo XIX que se abrieron los accesos a la antigua puebla por la subida de Grau y por la Calle del Empedrat, abriendo la peña que cerraba el castillo en su parte noreste y destruyendo algunos lienzos de muralla.

Este nuevo acceso al centro hizo secundaria la entrada tradicionalmente principal por la Calle del Molí, y se tapó el portal de Sant Miquel.