En un principio sus casas tenían una sola altura y estaban habitadas por gente pobre.
Las viviendas disponían de un corral con diferentes animales como conejos, gallinas o cerdos.
La calle estaba sin asfaltar y no tenía aceras, salvo un tramo construido por los propios vecinos con baldosas.
Durante la guerra civil el ayuntamiento abrió la calle, permitiendo el acceso directo a un parque que se encontraba cerca.
Además de su intensa vida nocturna, la caña con tapa a un precio reducido o tapeo es muy habitual en esta zona, lo que genera una gran actividad durante todo el día.