El calentamiento se hace mediante gas (normalmente) y electricidad o gasóleo (mucho más raramente).
Normalmente se los conoce por ese caudal, expresado en litros por minuto (p.e.
De todos modos, si la temperatura fuese insuficiente para el uso que se le quiere dar, siempre se puede obtener agua a más temperatura a costa de reducir más el caudal, mediante la llave de entrada del agua al calentador.
El calentador arranca cuando se abre un grifo en cualquier punto de la instalación y el agua empieza a recorrer el serpentín.
Debido a la diferencia de presiones entre entrada y salida, en el dispositivo de depresión, la membrana se deforma y, mediante un vástago, abre la válvula del gas.
Efectivamente, los calentadores normales suben la temperatura del agua que entra 25 °C, y puede ocurrir (fácilmente en verano) que en el acumulador solar el agua esté ya a 60 °C; si se hace pasar por el calentador, saldría por los grifos a 85 °C, temperatura elevada que puede producir quemaduras en la piel.
Para evitarlo puede utilizarse este calentador modulante que tiene una segunda llave de regulación del caudal del gas, situada antes que la descrita más arriba; esta otra llave funcionará con una sonda en la conducción de entrada del agua que, conforme sea la temperatura de ésta, abre más o menos la entrada del gas (el mecanismo puede funcionar trasmitiendo presión de un fluido dilatable con el calor, mediante un tubo capilar), para conseguir que el calentador proporcione la potencia adecuada (modulada) para calentar el agua a una temperatura razonable en cada momento.