Caleidoscopio

Un caleidoscopio (del griego kalós "hermoso", eîdos "imagen" y skopéō "observar") o calidoscopio,[1]​ es un tubo que contiene tres espejos, que forman un prisma triangular con su parte reflectante hacia el interior, al extremo de los cuales se encuentran dos láminas traslúcidas entre las cuales hay varios objetos de colores y formas diferentes, cuyas imágenes se ven multiplicadas simétricamente al ir girando el tubo mientras se mira por el extremo opuesto.

En palabras de Peter Mark Roget, "En la memoria del hombre, ninguna invención y ningún trabajo, ya sea dirigido a la imaginación o al entendimiento, jamás producirá un efecto igual".

Tomoscopio: es una variante del caleidoscopio que consiste en aplicar una lente translúcida de gran apertura en su extremo.

Grafiscopio: es muy parecido al caleidoscopio clásico, pero con la diferencia de que donde se colocarían los trocitos de vidrio, papel u otro material, dispone de una ranura donde se introduce una tira translúcida o transparente que al hacerla deslizar hace que aquello que se haya impreso, dibujado o pegado en la tira, quede convertido en una imagen caleidoscópica.

Enfocando este caleidoscopio hacia cualquier haz de luz, este atraviesa el polarizador y se descompone en todo su espectro, que a su vez proyectará el color a través del prisma o espejo formando las figuras caleidoscópicas.

Vista interior de los colores y formas de un caleidoscopio
Vista exterior del tubo de un caleidoscopio