Café Alameda (Granada)
La actual entrada al establecimiento sigue siendo la misma que antaño, según se entra a la derecha, en la sala, en el fondo a la izquierda, justo detrás de un tabladillo existente en donde actuaba permanentemente una orquestina (con piano e instrumentos de cuerda) según estilo impuesto en la época, había un amplio espacio en rinconera enmarcado por columnas, donde cabían, contra la pared, tres o cuatro confortables divanes y hasta tres mesas con sus encimeras de mármol, con sus patas metálicas y las sillas correspondientes.[1] En ese rincón especial a principios de la década de 1920,[2] nace la tertulia intelectual bohemia conocida como el Rinconcillo,[3][4] cuna de personajes, algunos de ellos ya destacados artistas y otros que llegarían a ser reconocidos en disciplinas tan diversas como la poesía, la literatura, el periodismo, las artes, la política, la música y la diplomacia, tanto a nivel nacional como internacional.Incluso crearon un poeta apócrifo Isidoro Capdepón Fernández, que venía a representar todos los defectos criticados por la joven vanguardia granadina.[8] Esas ideas modernizadoras de renovación de la sociedad granadina, fueron apoyadas en su momento mediante visitas periódicas a la tertulia por personajes tan diversos como H. G. Wells, Koichi Nakayama, Rudyard Kipling, y los músicos Wanda Landowska y Arthur Rubinstein.[9] Entre los protagonistas habituales, pertenecientes al universo intelectual granadino, que acudían para dar a conocer sus obras y proyectos literarios, musicales y políticos ante los tertulianos y amigos, se encontraban Federico García Lorca y su hermano Francisco, Manuel de Falla,[10] Melchor Fernández Almagro, el ingeniero de caminos Juan José Santa Cruz, el político Antonio Gallego Burín, el médico y político Manuel Fernández-Montesinos y su hermano José, filólogo, el músico Ángel Barrios, el pintor Manuel Ángeles Ortiz, José Acosta Medina, Miguel Pizarro Zambrano, los periodistas José Mora Guarnido y Constantino Ruiz Carnero, José María García Carrillo, el político Fernando de los Ríos que sería Ministro de Justicia e Instrucción Pública, el arabista José Navarro Pardo, el pintor Ismael González de la Serna, Hermenegildo Lanz, el escultor Juan Cristóbal, Ramón Pérez Roda, Luis Mariscal y el guitarrista Andrés Segovia, y como conductor y animador cultural, Francisco Soriano Lapresa.