[3] No explica Seiliez, sin embargo, cómo llega a esa conclusión.
[6] Se consideran caballos monchinos aquellos ejemplares cuyos caracteres etnológicos y morfológicos respondan al siguiente estándar racial:[7] Se trata de un animal elipométrico, subcóncavo a cóncavo y brevilíneo o subrevilíneo.
Cabeza voluminosa con perfil de recto a subcóncavo.
Cruz poco a ligeramente destacada y fuerte.
Grupa ancha, corta e inclinada, llegando en algunos casos a derrivada.
Extremidades anteriores finas con articulaciones fuertes y tendones bien definidos.
Cascos pequeños, duros, generalmente negros y en ocasiones veteados.
Se admite el calzado hasta la mitad de la caña.
Mucosas de negras a castañas en sus diferentes tonos, en ocasiones bocifuego.
[1] A partir de entonces la población experimentó un ligero ascenso, que continúa en la actualidad con una tendencia evolutiva mantenida.
Se encuentra estrechamente emparentado con otros subtipos del ámbito cantábrico-pirenaico destacando su estrecha relación con el poni gallego y en menor medida con el losino burgalés o el pottoka vasco.