Es la continuación de El joven César, del mismo autor, y también narrada como una falsa autobiografía.
Así que César decide hablar con los dos y conciliarlos creando un plan a futuro en la cual los dos serán cónsules de nuevo (en la cual César enviará a sus soldados a votar), fortaleciendo así la alianza y creando un plan en la cual cada uno de los tres tendrá lo que quiere (César seguirá conquistando en el este, Craso conquistará el oeste y Pompeyo tendrá un ejército).
Y comienza a pacificar los pocos levantamientos que aún seguían pero ya no resultaba un peligro.
En tanto decide comenzar su candidatura para ser cónsul, en ese tiempo sus enemigos estaban ocupando el consulado por lo cual empezaba a tener problemas, porque el senado le pide que deje sus tropas y la gobernatura de las Galias (para así su enemigos poder negarle la candidatura y poder desterrarlo), a lo cual Julio César pide que él lo hará hasta que Pompeyo deje también su ejército que estaba en Hispania (a pesar de que Pompeyo estaba en Roma) ante la negativa de sus enemigos estos deciden tomar a Julio César como un enemigo de Roma por lo cual Pompeyo con dos legiones empieza a reclutar más ejército en toda Italia para ir en contra de Julio César; este al ver la situación decide ir con una legión hacía roma y pronto se le incorporarían más legiones provenientes de las Galias, sus acciones son no derramar la sangre de sus hermanos por lo cual al ir conquistando las ciudades que están entre él y Roma decide perdonar a sus enemigos, poco después sufre una traición por parte de su amigo Labieno que se pasa al otro lado.
Julio César tiene dos peligros inminentes la flota que Pompeyo poseía y sus ejércitos en Hispania, así que trata de conseguir apoyo del senado y de Cicerón pero estos se lo niegan, por lo que Julio César decide proteger los lugares que abastecían a Roma dejando a Curión a cargo de Sicilia y después Julio César personalmente iría hacia Hispania en su camino sitia Marsella y deja el sitio a cargo de Décimo Bruto.
Julio César logra reunir todas sus tropas en Italia y decide partir para Grecia atravesando el peligroso mar que era custodiado por la flota del ejército de Pompeyo; de pura suerte logra Julio César cruzar con pocos batallones quedando el resto aislado en Italia.
En Grecia comienza a conquistar puertos pero le es insuficiente porque tiene bajos recursos para mantener a sus tropas; después logra pasar el resto de sus ejércitos por el mar y decide sitiar la ciudad en la que Pompeyo se encontraba.
Al llegar Julio César a Egipto se encuentra con una ciudad dividida entre dos faraones Cleopatra y Ptolomeo.
Después de eso emprende una campaña contra Farsalia en la cual la batalla es muy corta y lo derrota rápidamente.
Mientras tanto Julio César decide ir en contra de Catón (otro partidario de Pompeyo) quien para evitar ser humillado con el perdón que Julio César le daría, Catón decide suicidarse quedando como un mártir entre el pueblo romano.
Tras derrotar a sus enemigos en Hispania Julio César se propone muchas cosas entre estas está la de ser rey (pero el pueblo y muchos de sus partidarios no comparten esa opinión) a modo que decide cambiar la palabra rey por César y para fundamentar esa proposición propone una campaña en contra de Partia, y es justo que reúne al senado para que sea llamado rey en el extranjero.