Mediante estas Cátedras se establecían estrategias de control, adoctrinamiento e influencia sobre la población.
Este primer día se ofertaban las primeras clases a los miembros de la comunidad.
Se establecía un concurso en el que el premio era generalmente lotes de libros.
El objetivo de las clases era el de poder despertar en las mujeres del mundo rural la curiosidad sobre la apicultura, floricultura, la agricultura, la sanidad y la higiene, así como la cocina local.
Se llegaron a denominar: "escuelas rurales itinerantes de formación y asistencia integral e intensiva, integralidad acorde con la concepción antropológica del régimen".