Tenía predilección por las grabaciones en vivo donde se sentía como pez en el agua.
En él se puede escuchar una magnífica interpretación de Non, je ne regrette rien.
[1] Vivió los últimos 14 años de su vida con su hijo, Francisco (llamado cariñosamente Chicão), fruto de una relación casual con el músico Tavinho Flalho; y con su mujer, María Eugênia Vieira Martins.
Le fue concedida después de que Altair Eller, el abuelo del niño, renunciara a ella.
[4] Tuvo muchos problemas con el alcohol y las drogas, pero llevaba cerca de tres años rehabilitada.