En la actualidad, la infraestructura tiene el carácter patrimonial otorgado por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural debido a su valor arquitectónico.
[1] En 1896 un incendio en la ciudad destruyó una vieja cárcel que había sido construida diez años atrás (en 1886) por el arquitecto italiano Rocco Queirolo Pinasco.
[3] El edificio funcionó como reclusorio hasta 1966 durante la administración municipal de Jorge Higgins Jaramillo, siendo su último director, el Lcdo.
Posteriormente, pasó en comodato a la Fundación Guayaquil Siglo XXI, que pintó y refaccionó la fachada.
También se estimó que la infraestructura podría servir para actividades culturales, de vivienda, biblioteca, servicio a la comunidad, infocentro, cafetería o patio comidas.