A poco de iniciado su mandato se celebró en Mendoza el Congreso Mariano Nacional, que reunió obispos y prelados de todo el país.
Al año siguiente abrió sus puertas el Seminario Arquidiocesano de Mendoza.
Ordenó los primeros diáconos permanentes de la región.
[1] Se lo consideró un firme defensor de la ortodoxia eclesiástica y un conservador en lo social.
[1] En 1997 se opuso enérgicamente a la clonación humana, una posibilidad que se presentó a partir de la primera clonación exitosa de un mamífero; Rubiolo llamó a la clonación una "profanación genética", que "va contra del plan de Dios.