[cita requerida] Durante el régimen talibán (hasta 2001) la práctica de este juego estuvo prohibida,[5] es por esa razón que desde el colapso del régimen ha vuelto a practicarse todos los viernes en Kabul.
Es un juego muy violento, ya que no tiene unas reglas definidas y los jinetes terminan envueltos en verdaderas batallas sangrientas.
Tampoco hay árbitros, por lo que el resultado depende solo de los jugadores.
En sus orígenes era violento por no tener reglas, y se jugaba con un pato muerto (de allí su nombre).
[6] En Europa se juega el horseball, un deporte casi idéntico al pato.